martes, 4 de enero de 2011

¿A QUÉ EDAD Y HASTA CUÁNDO SE DEBE INICIAR UN TRATAMIENTO DE ORTODONCIA?

Esta es, probablemente, la pregunta que mayor número de veces contestamos cuando los padres vienen a la consulta, y es también una pregunta que se hace cada vez más difícil contestar.

Antes de contestar a esta pregunta debemos diferenciar los tratamientos existentes para la corrección de anomalías dentomaxilofaciales:

En primer lugar describiremos la ortopedia maxilar que se efectúa a través de placas removibles, aparatos ortopédicos como chupos, tetinas, escudos, etc., este tratamiento se puede realizar desde el nacimiento hasta los 13 años ya que es el periodo mas activo de crecimiento craneomaxilar, y es justamente de lo que encarga esta disciplina, de interferir o remodelar favorablemente los huesos para prevenir anomalías futuras.

Como una subdivisión de esta terapia tenemos la ortodoncia removible aplicada entre los 6 y 13 años y encargada de la correcta ubicación de las piezas dentarias mediante la utilización de placas de acrílico y alambres de acero.

Por ultimo tenemos la aparatología fija la cual se aplica a partir de los 13 años sin tener un tope máximo de edad siempre y cuando el paciente cumpla con lo requerido, este tratamiento se aplica mediante la colocación de Brackets.

No está muy lejana la época en la que se afirmaba que cuando terminen de perderse los "dientes" de leche al rededor de los 12 años era la edad ideal para iniciar un tratamiento. Por otro lado, cuando venían pacientes adultos a la consulta se les negaba la posibilidad de realizar un tratamiento con la idea que en el "hueso del adulto" no se podía hacer movimiento de piezas dentarias.

Investigaciones recientes demuestran que no existe una edad para iniciar un tratamiento de ORTODONCIA y/o ORTOPEDIA MAXILAR. La gran variedad de desarmonías en el crecimiento y desarrollo dentomaxilofacial, y el conocimiento cada vez mayor de cada una de ellas, hace indispensable un diagnóstico individual de cada paciente para poder determinar el momento óptimo en el cual iniciar un tratamiento.

La presencia de factores locales, a manera de hábitos, desde la niñez puede ser un primer motivo para visitar al especialista en Ortodoncia y/o Ortopedia Maxilar.

El uso, poco difundido, de los chupos o tetinas ortopédicos en el biberón puede ser una forma de prevenir maloclusiones (mala mordida). Estos estimulan el normal crecimiento de los maxilares, ejercitan musculatura bucal y peribucal, permiten una adecuada digestión de la leche antes de llegar al estómago, evitan la ingesta excesiva de gases al tomar la leche, etc. Es tarea nuestra y de los pediatras realizar una mejor difusión de sus beneficios.

Los famosos “chupos” o "pacificadores" los utilizamos los padres de manera rutinaria más por nuestra comodidad y seguridad que como hábito en muchos casos. Aquí también tenemos los ortopédicos y los de diseño tradicional.

Para los niños que no usaron tetinas ortopédicas los chupos de este tipo pueden aparecer extraños por lo que habrá que insistir un poco más de la cuenta para que los acepten. Su uso, hasta los dos o tres años es considerado por médicos, odontólogos y psicólogos como normal. El uso de un chupón inadecuado puede actuar a manera de cuerpo extraño alterando el desarrollo de la oclusión normal (mordida normal).

Alrededor de los tres años veinte dientes temporales (dientes de leche) deben estar en la boca formando arcos dentarios armónicos influenciados por el estímulo funcional de la lengua, los labios y la musculatura peribucal, si algo se interpusiera en este equilibrio (chupón, labios, dedos etc). Podríamos estar predisponiendo el desarrollo de una desarmonía dentomáxilofacial este termino parece extenso y exagerado pero debemos considerar que la influencia de los maxilares y los dientes en el perfil facial es muy importante y cualquier alteración es fácilmente perceptible en el tercio medio de la cara.

Otros malos hábitos como succión digital, respiración bucal, interposición de la lengua entre los dientes, o morder cosas duras como lápices o lapiceros son factores predisponentes de dichas alteraciones, las cuales tienen que ser suprimidas si se puede en el mejor de los casos antes de recambio dentario. Debemos tener siempre en cuenta la corta edad del paciente y la poca ayuda que él nos brindará a pesar de todas las fuerzas que requieran poner sus padres ya que para nuestros pacientes niños tener esta aparatología en boca resulta un castigo desde su punto de vista por eso es que todo nuestro armamentario debe ser agradable a la vista del paciente.

En lo que respecta a la respiración bucal debemos evaluar correctamente esta anomalía si es que se trata de un mal hábito o de alguna obstrucción nasofaringea (adenoides, desviación del tabique etc.). Para ello, antes de iniciar el tratamiento de Ortodoncia deberemos derivar a nuestro paciente al Otorrinolaringólogo para una correcta evaluación. A propósito de esta inter consulta, debemos mencionar la estrecha relación que se debe guardar entre el ortodoncista, con el pediatra, el nutricionista, el Otorrinolaringólogo, así como el psiquiatra o el psicólogo, ya que hay ciertos malos hábitos de índole interno por problemas en la personalidad del niño a consecuencia de diversos factores emocionales.

La mejor recomendación para iniciar un tratamiento de ortodoncia es cuando el paciente este predispuesto para ello. Debemos tener siempre presente que ni el papá ni la mamá son los pacientes sino el niño, pues el es el que llevará el tratamiento en boca, así que al que debemos convencer es a nuestro "paciente", de lo contrario podemos dirigirnos a un fracaso seguro ya que entre los odontólogos sabemos que el 50% del tratamiento lo ponen los pacientes por su afán de curarse.

En pacientes adultos el tratamiento se hace únicamente con ortodoncia fija para la recolocación correcta de los dientes. Debemos recordar que una malposición dentaria adulta no solamente traerá consecuencias en lo que se refiere a la estética, sino también en el factor funcional el cual estará severamente alterado y agravándose con el paso de los años llegando incluso a producir lesiones irreversibles a nivel de la articulación temporomandibular.

Es alentador saber que después de tantos estudios no hay límite de edad para el tratamiento de ortodoncia fija siempre y cuando el paciente cumpla con los requisitos mínimos que se necesita para llevar a buen puerto el tratamiento, este tratamiento puede ser una respuesta a los diferentes dolores producidos en la articulación qupsicológico.e muchas veces no se sabe a quien atribuirse.

En resumen podemos concluir que la ortodoncia hoy en día está para solucionar diferentes problemas maxilofaciales, tanto en lo que se refiere a la parte estética como funcional, siempre y cuando se haga un buen diagnóstico y se escoja el tratamiento adecuado, teniendo en cuenta los factores ya mencionados. Así mismo podemos agregar que el costo de un tratamiento de ortodoncia, por caro que parezca, resulta siendo poco si lo comparamos con todo los beneficios que recupera el paciente: estético, funcional y 



SALUD BUCAL Y TABACO: ENEMIGOS A MUERTE

"Es una obligación de nosotros los dentistas preocuparnos de este tema si queremos tener una práctica clínica más segura". Así lo señala el odontólogo periodoncista chileno Claudio Melej, quién considera fundamental influir sobre sus pacientes para ayudarlos a dejar el peligroso vicio del cigarro. "La suspensión del hábito tabáquico no sólo mejora la práctica médica odontológica, sino que la hace más rentable y la aprestigia, por que el paciente que logra dejar el cigarrillo yendo al dentista, se convierte en un paciente que recomienda esto a otras personas. Uno se posiciona ante la gente con un enfoque profesional distinto, más integral", recalca.

La mayoría de los dentistas no hablan con sus pacientes sobre su hábito de fumar por temor a importunarlos y a que éstos dejen de visitarlos. Según Melej, lo que ocurriría es todo lo contrario. "Se produce una empatía muy agradable, el paciente se siente más querido, que hay más preocupación por su salud".

Numerosos estudios realizados en todo el mundo han demostrado que el hábito de fumar contribuye directamente en el desarrollo de enfermedades periodontales (de la encía) y que éstas serían de una mayor gravedad comparado con personas no fumadoras. Además se ha determinado que el cigarrillo altera la respuesta inmune contra las infecciones, disminuye la capacidad de reparar los tejidos de la boca y retarda la cicatrización de heridas, por lo que el dentista puede incluso contraindicar un determinado tratamiento, como los implantes de titanio, por ejemplo, donde se ha comprobado, luego de 5 años de observación post operatoria, que los fumadores tienen 2 veces más riesgo de perder sus dientes respecto a pacientes no fumadores.

Según Claudio Melej, el riesgo de un fracaso en la colocación de implantes en pacientes fumadores aumenta en un 35%. "No es que 35 de 100 vayan a fallar, sino que aumenta el riesgo de un mal tratamiento en este tipo de individuos", explica, y además agrega: "Hoy en día puede hasta ser peligroso desde el punto de vista legal si uno no conversa previamente con el paciente sobre sus posibilidades. La gente debe saber de los riesgos y complicaciones que implica la práctica que se le va a realizar; uno le puede decir al paciente: porque estas fumando se te están cayendo los dientes".

Por esto es muy importante concientizar a las personas de esta situación, pero no con campañas del terror, eso no funciona según Melej, "o sino la gente ya habría dejado el hábito con sólo leer la advertencia de los paquetes de cigarrillos por temor a adquirir cáncer". Lo que hay que hacer según el profesional, es mostrarle a la gente todo lo que ganará al dejar el tabaco de lado, "apuntar siempre a factores positivos".

Entonces… ¿Por qué dejar de fumar? Simple. Le ayudará a reducir las posibilidades de producir cáncer de boca y labio, su dentadura volverá a brillar y evitará además la perdida de ésta, reducirá el riesgo de enfermedad periodontal, mejorarán sus sentidos del gusto y olfato, mejorará el resultado de sus tratamientos dentales y dejará de sufrir la desagradable halitosis, por nombrar sólo algunos resultados positivos.

Finalmente, el doctor Melej señala que el rol de los dentistas, apenas llega un paciente a sus consultas, es saber si fuma o no, y más allá de eso, saber cuánto y desde cuando, si ha intentado dejar de hacerlo y por qué ha fallado, si ha usado terapias sustitutivas y si no, si estaría dispuesto a hacerlo de forma responsable y supervisada. "Es vital informar y cuestionar objetivamente el inicio de cualquier tratamiento en pacientes fumadores, sobretodo en el caso de los implantes. Tener un fracaso en esto es muy complejo, ya sea por los tiempos, expectativas y los costos involucrados", concluye el facultativo.

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