miércoles, 10 de noviembre de 2010

LA DIABETES Y LA ENFERMEDAD PERIODONTAL (DE LAS ENCÍAS)


La diabetes que no está apropiadamente controlada puede llevar a la enfermedad periodontal (de las encías), tanto en los jóvenes como en los ancianos. La enfermedad periodontal es un proceso infeccioso que ocurre en las encías y en el hueso que sostiene los dientes en su lugar.


La diabetes y la Enfermedad Periodontal:
Debido a los cambios que ocurren en los vasos sanguíneos con la diabetes, en virtud de un trastorno conocido como angiopatía, los vasos sanguíneos engrosados pueden impedir la eficiencia del flujo de los nutrientes y la remoción de los desechos de los tejidos. Este impedimento en la circulación puede debilitar las encías y el hueso de soporte, haciéndolos más susceptibles a la infección.

Además, si la diabetes no se controla bien, los altos niveles de glucosa en los fluidos de la boca animarán el crecimiento de patógenos que pueden causar la enfermedad de las encías.


El tercer factor, fumar, es dañino para la salud oral aun para las personas que no tienen diabetes. Sin embargo, las personas con diabetes que fuman tienen un riesgo mucho más grande de la enfermedad de la encía que las personas que no tienen diabetes.


Junto con la carencia de higiene oral, la diabetes puede causar gingivitis, el primer estado de la enfermedad periodontal, o periodontitis, la enfermedad severa de la encía.

¿Cuáles son los síntomas de la Enfermedad Periodontal?
Los siguientes son los síntomas más comunes de la enfermedad de las encías. Sin embargo, cada individuo puede experimentar los síntomas de una forma diferente. Los síntomas pueden incluir:

• El enrojecimiento, hinchazón y la sensibilidad de las encías
• El sangrado mientras se cepilla los dientes y, o usa la seda dental
• La retracción de las encías
• El aflojamiento o la separación de los dientes
• Mal aliento persistente
• La dentadura postiza ya no le queda bien
• Pus entre los dientes y las encías
• Un cambio en la mordida y la alineación de los maxilares

Los síntomas de la enfermedad de las encías pueden parecerse a los de otras condiciones o problemas médicos. Consulte a un odontólogo para su diagnóstico.

¿Cuáles son los diferentes tipos de Enfermedad Periodontal?
Los diferentes tipos de enfermedad periodontal se clasifican frecuentemente por etapas dependiendo de que tan avanzada está la enfermedad en el momento de la evaluación, incluyendo los siguientes:


LA GINGIVITIS
En la gingivitis, la forma más leve de la enfermedad periodontal, es probable que las encías estén enrojecidas, hinchadas y sensibles, causando su sangrado fácilmente durante la limpieza diaria y el uso de la seda dental. El tratamiento por parte del odontólogo, y un cuidado apropiado y consistente en el hogar ayudan a resolver los problemas asociados con la gingivitis.


LA PERIODONTITIS LEVE
La gingivitis sin tratamiento, causa periodontitis leve. Esta etapa de la enfermedad de las encías muestra la evidencia del comienzo de la erosión del hueso alrededor del diente. La pronta atención es necesaria para prevenir más erosión y daño.


LA PERIODONTITIS DE MODERADA A AVANZADA
Esta es la etapa más avanzada de la enfermedad de las encías, la cual muestra una pérdida significativa de hueso y de tejido alrededor de los dientes.


TRATAMIENTO PARA LA ENFERMEDAD PERIODONTAL:
El tratamiento específico para la enfermedad periodontal será determinado por su odontólogo basándose en lo siguiente:

 Su edad, su estado general de salud y su historia médica.
 Que tan avanzada está la enfermedad.
 Su tolerancia a determinados medicamentos, procedimientos o terapias.
 Sus expectativas para la trayectoria de la enfermedad.
 Su opinión o preferencia.

El tratamiento puede incluir cualquiera, o una combinación de los siguientes:

Remover la placa dental
La limpieza profunda puede ayudar a remover la placa dental y el tejido infectado en las primeras etapas de la enfermedad, mientras suaviza las superficies dañadas de las raíces de los dientes. Las encías pueden entonces regresar a su estado normal.

Terapia farmacológica

Cirugía
Cuando la enfermedad está avanzada, las áreas infectadas debajo de las encías será limpiada, y los tejidos serán remoldados o reemplazados. Los tipos de cirugía incluyen los siguientes:


 La reducción de los sacos orales.
 Terapia regenerativa.
 Injerto de tejido suave.
 Alargamiento de la corona.
 Implantes dentales

domingo, 10 de octubre de 2010

EXPLORANDO NUESTRO PAPEL COMO PROVEEDORES DE ATENCIÓN DE SALUD

La conexión oral-sistémica (u oral-médica)
Que las infecciones orales pueden tener un impacto en la salud sistémica no es un concepto nuevo. Hace más de 2.000 años, Hipócrates sugirió que la artritis puede ser curada con la extracción de dientes infectados. La idea de que un foco de infección en la boca puede afectar a otras partes del cuerpo era una hipótesis muy de moda en los años 1800 y principios de 1900 y fue conocida como la "teoría de la infección focal." Los dientes fueron extraídos bajo el pretexto de curar una miríada de diferentes enfermedades y condiciones inverosímiles como la anemia, insomnio, fobias, la poliomielitis, e incluso, la estupidez. La mayoría de las razones para esta elección del tratamiento se basa en lo que eran, en ese momento, plausibles teorías médicas que se han perpetuado hasta ser aceptadas como hechos.

Aunque la teoría de la infección focal cayó en boga durante los años 1920 y 1930, hay un renovado interés en el efecto de las infecciones orales en el desarrollo y exacerbación de enfermedades sistémicas. En particular, la asociación entre la enfermedad periodontal y la salud en general ha sido aclarada y discutida tanto en la literatura profesional como en la no profesional. Esta conexión ha popularizado el término "oral-sistémica" y "medicina periodontal."

¿Cómo posicionamos la salud bucal dentro de la salud sistémica? ¿Es cuestión de identificar las infecciones orales que pueden causar o exacerbar la enfermedad sistémica, o identificar como las modalidades de tratamiento oral afectan las condiciones sistémicas y cómo el tratamiento de la enfermedad sistémica afecta a la salud oral, o el uso de tejidos y fluidos orales para identificar las condiciones sistémicas, o la participación de los proveedores de salud oral en la detección de condiciones sistémicas? Estas cuestiones se han discutido en la literatura médica y dental y, en cierta medida, todas son igualmente válidas.

Numerosas condiciones médicas crónicas son causadas por o asociadas a enfermedades infecciosas. La más familiar tiene que ver con las enfermedades del hígado, causadas por los virus de la hepatitis; úlcera péptica, causada por Helicobacter pylori; el cáncer de cuello uterino, que está asociado con una infección del virus del papiloma humano. La enfermedad periodontal o de encías es una enfermedad infecciosa crónica que se ha determinado que afecta a otras enfermedades crónicas a través de diversas vías, incluyendo la generación de mediadores inflamatorios, por efecto directo de la colonización bacteriana, o como resultado de las toxinas producidas por patógenos periodontales. Miles de artículos han discutido la enfermedad periodontal y su asociación con enfermedades del corazón, enfermedad cerebrovascular, neumonía, partos prematuros, bebés con bajo peso al nacer, osteopenia, osteoporosis y diabetes mellitus.

Hace varias décadas, se reconoció que las infecciones orales tienen un impacto significativo sobre la morbilidad y la mortalidad de los pacientes médicamente comprometidos, como aquellos con cáncer o aquellos que reciben quimioterapia. La eliminación de las infecciones orales antes de iniciar la radioterapia, la quimioterapia o varias condiciones cardíacas hoy es el estándar de cuidado en la mayoría de las instituciones médicas a nivel mundial. Estas circunstancias no son de naturaleza crónica, y las intervenciones oportunas en muchas ocasiones puede prevenir e incluso eliminar las complicaciones significativas.

El tratamiento de las infecciones orales y las lesiones de la mucosa con medicamentos que van desde analgésicos tópicos y antibióticos hasta los glucocorticoides sistémicos pueden afectar el cuadro de sangrado, la resistencia bacteriana en general, las funciones del hígado, el control glicémico y otras. No hay duda de que el manejo de los efectos de las condiciones orales no se limita a la cavidad oral. Además, los efectos de la epinefrina y la utilización de las radiografías dentales se han implicado en la causa de eventos adversos en poblaciones específicas de pacientes. Sin embargo, las intervenciones de las condiciones sistémicas también pueden tener un impacto dramático sobre la salud oral. La xerostomía puede ser inducida por cientos de medicamentos, el agrandamiento gingival puede ser estimulado por diferentes clases de medicamentos, el desarrollo de la osteonecrosis de los maxilares recientemente se ha asociado con fármacos específicos, y las ulceraciones orales secundarias a la radiación y la quimioterapia son muy comunes.

Los diagnósticos de síndrome de Sjögren y la leucemia pueden ser apoyados por biopsias orales. El uso de los fluidos orales como método de diagnóstico es un campo emergente que está proporcionando, por primera vez, una alternativa a la serología tradicional. Las muestras salivales hoy se utilizan para tareas tan variadas como hacer un diagnóstico de una enfermedad infecciosa o servir como un indicador de los niveles de alcohol en la sangre. El uso futuro del diagnóstico por los fluidos orales es casi ilimitado, incluyendo las pruebas para el cáncer y muchas otras condiciones sistémicas.

Los problemas neurológicos que afectan las funciones orales, el desarrollo de infecciones como la candidiasis oral, dolor en las mandíbulas secundaria a las enfermedades cardiovasculares o incluso metástasis de cáncer, son sólo algunos ejemplos de condiciones que pueden manifestarse inicialmente en la cavidad oral. Como proveedores de atención y cuidado oral, somos expertos en distinguir entre las condiciones orales normales y anormales. Esta es la parte fácil. Otra responsabilidad es proporcionar los cuidados necesarios para mantener una óptima salud oral en pacientes con condiciones médicas complejas. Esto puede ser difícil, pero es necesario para más y más pacientes sobrevivir y vivir cada vez con más problemas de salud multifáceticos. Pero debemos ir más allá y tratar de detectar y controlar las condiciones del sistema que no afectan directamente a la boca o la prestación de un tratamiento dental?

Los proveedores de salud oral tradicionalmente tratamos es a los pacientes que vemos saludables. Esto nos pone en una posición ventajosa para descubrir enfermedades que todavía no muestran significativas manifestaciones clínicas adversas. Experimentar dificultad para respirar durante actividades físicas normales, fatiga, ortopnea, tobillos hinchados, micción frecuente, intolerancia al calor y cambios inadvertidos de peso puede ser signos que se desarrollan en el tiempo y, por tanto, pueden - no inmediatamente - hacer que un paciente acuda al médico. Sin embargo, todos estos signos y síntomas sugieren la presencia de enfermedades sistémicas potencialmente graves. Deberíamos los proveedores de salud oral proteger a nuestros pacientes de condiciones médicas comunes? Los dentistas debemos empezar a controlar la presión arterial de los pacientes, el colesterol y la glucosa en plasma para la detección de enfermedades del corazón y la diabetes mellitus? No vamos a hacerlo para diagnosticar o tratar una enfermedad sistémica, pero la detección temprana, sin duda, se traducirá en un mejor resultado médico. ¿Es esto parte de nuestra responsabilidad como profesionales de la salud?

Es muy importante entender las limitaciones de los informes que vinculan las condiciones orales y sistémicas y mirarlos desde la perspectiva del papel de los profesionales de la salud bucal en la salud general de nuestros pacientes. Estamos entrando en una era de conocimiento médico y el entendimiento en el que todos los proveedores de cuidado de la salud deben asumir la responsabilidad de la salud médica de un paciente. Se han definido y redefinido hasta donde llegan los límites para los proveedores del cuidado de la salud oral en el campo de la medicina. Es evidente que la boca es una parte integral del cuerpo, que las infecciones orales tienen implicaciones sistémicas, que el tratamiento de condiciones orales y sistémicas tiene un impacto recíproco, que tienen el potencial de proyectar y controlar las enfermedades y condiciones médicas, y atendemos a pacientes que tienen a veces enfermedades crónicas y complejas. Los pacientes serán mejor servidos si iniciamos un diálogo con nuestros colegas médicos que no se limite a interacciones sobre infecciones orales-sistémicas. Una sociedad exitosa debería abarcar el potencial impacto que tendríamos en la salud al mirar en un concepto más amplio la existencia de una conexión oral-médica.
Traducido de
J Am Dent Assoc,
Vol 136, No 6, 716-718.
© 2005 American Dental Association
GLICK MICHAEL, D.M.D., EDITOR
E-mail: glickm@ada.org

miércoles, 23 de junio de 2010

MIEDO AL DENTISTA?

ALGUNAS RECOMENDACIONES PREVIAS A LA CONSULTA DENTAL

Si eres una persona normal, seguramente te habrás sentido agobiado en el sillón del odontólogo; tal vez recuerdes algún incidente de tu infancia en particular que te trae terribles recuerdos o tal vez detestes con todas tus fuerzas los sonidos, olores y sabores que allí encuentras. Tener pánico al odontólogo no es nada extraordinario, y es algo que la mayoría de nosotros experimentamos en mayor o menor medida a lo largo de nuestras vidas.

Sin embargo, la buena noticia es que la moderna odontología hoy por hoy es una experiencia distinta: los odontólogos actuales tenemos una notable percepción de los sentimientos de nuestros pacientes y nos apoyamos en una sólida formación y actualización permanente que nos permite ayudar a vencer los miedos y resistencias de las personas que se ponen en nuestras manos. Eso sin tener en cuenta que las técnicas odontológicas han evolucionado mucho en los últimos años hacia métodos y tratamientos menos radicales y dolorosos y más eficientes, lo que, en principio, debería servir a cualquiera para acudir más tranquilo a la consulta del odontólogo.

Por si acaso, por si ese miedo te parece una cosa invencible y el ruido de la fresa te parece salido del mismísimo infierno, aquí tienes cinco ideas que pueden hacer más llevadera la experiencia:
  • Intenta llegar relajado, físicamente descansado y con unos minutos de antelación. Planifica tu vista con tiempo y cuenta tiempos de espera del autobús o el necesario para aparcar. Si vienes justo de tiempo, te encuentras un trancón o tienes que caminar demasiado deprisa, estarás lógicamente más estresado y un nivel alto de estrés puede hacerte más irritable y sensible y eso te perjudicará si lo que quieres es controlar tu nivel de ansiedad.
  • Ocupa tu mente; no llegues a la sala de espera con el sólo pensamiento de lo mal que lo vas a pasar. Si tienes tareas pendientes, tráete algo de trabajo o papel y bolígrafo para hacer el diseño de ese armario que tienes pendiente de hacer para el lavadero, o de las plantas que tienes pendientes de colocar en el jardín. O mejor, tráete folletos de una agencia de viajes e intenta planear tus próximas vacaciones comprobando precios, rutas, etc. Cualquier cosa que te sirva para mantenerte ocupado sin necesidad de mirar las caras de los otros pacientes e imaginar terribles escenas de sufrimiento o de leer revistas del corazón atrasadas que no interesan a nadie.
  • Cuando entres a la consulta, controla la situación. De antemano haznos saber tus temores y preocupaciones, y propón la necesidad de establecer un plan de atención para ti. Por ejemplo, mediante un gesto o una señal que harás, adviértenos que necesitas una pausa o indicarnos que algo te molesta, duele o hace daño. El mero hecho de saber que tú controlas la situación reduce tu ansiedad y hace que el tratamiento sea más llevadero.
  • La música te puede ayudar. Disponemos de un amplio menú y una muy variada colección de música que puede ayudarte, bien si lo que quieres es distraerte o relajarte. Eso, además, disipará el sonido de los instrumentos, aún si tu consulta es por una restauración o una limpieza.
  • Si lo tuyo más que ansiedad es pánico, entonces, deberíamos recomendarte un servicio de relajación o incluso de hipnosis con todas las garantías para ayudarte a superar el miedo y superar la barrera que te impide cualquier tratamiento
En cualquier caso, lo que nunca debes dejar de hacer es hablar con nosotros y contarnos tus miedos y preocupaciones y las dudas que puedas tener sobre el tratamiento en concreto. Un buen odontólogo siempre deberá ser capaz de captar tus emociones y, explicarte qué va a hacer y cómo, ayudarte a vencer el miedo sin necesidad de más técnicas ni trucos.

Es posible que incluso acabes pensando que no es tan malo y que sintiendo que lo necesitas y que las consecuencias son mejores que el mal rato, acabes volviendo nuevas veces sin temor.

lunes, 31 de mayo de 2010

HALITOSIS Y SEQUEDAD BUCAL. PAUTAS EFECTIVAS PARA SU TRATAMIENTO (I PARTE)


LLEVAR A CABO UNA CORRECTA HIGIENE BUCAL, NO FUMAR Y EVITAR ALGUNOS ALIMENTOS PUEDE SER LA SOLUCIÓN PARA ACABAR CON ESTAS DOS MOLESTIAS

La halitosis es el nombre con el que se conoce el mal aliento. Se considera una condición común y, por tanto, difícil de evaluar en la población general. Se estima que la sufren casi la mitad de las personas, en algún momento de su vida o con relativa frecuencia. Son diversas las causas que provocan mal olor en la boca y una de ellas tiene que ver con la incapacidad para generar suficiente saliva, lo cual provoca sequedad bucal.

La saliva es un líquido complejo, producto de la secreción de las glándulas salivales. Se trata de un fluido incoloro, inodoro, algo espumoso y muy acuoso; contiene un 99% de agua. Desempeña un papel muy importante en el mantenimiento y protección de los tejidos orales: lubrifica y limpia la cavidad oral, posee propiedades antibacterianas, antivirales y antifúngicas, contribuye al mantenimiento y remineralización de los dientes, y a la buena higiene bucal.

ORIGEN DEL MAL ALIENTO
Uno de los motivos que pueden causar mal aliento son las dietas pobres en hidratos de carbono.
El 90% de las causas de mal aliento se originan en la boca. Por lo general, el origen de la halitosis se encuentra en los millones de bacterias que viven en la cavidad bucal, capaces de producir compuestos sulfurados volátiles de muy mal olor. Por esta razón, es de gran importancia llevar a cabo una correcta higiene bucodental.

Desde el punto de vista dietético, uno de los motivos que pueden causar mal aliento son las dietas pobres en hidratos de carbono, nutrientes presentes en alimentos como la pasta, las patatas, el pan, el arroz, los cereales y las legumbres. Con el tiempo, la falta de hidratos de carbono hace que el organismo comience a utilizar la grasa para obtener energía. Como consecuencia de este cambio, se produce cetosis, es decir, un aumento en sangre y orina de los niveles de cuerpos cetónicos, unos compuestos que aparecen como consecuencia del metabolismo o utilización de las grasas para la obtención de energía. Una de las características de la cetosis es la aparición de un aliento con olor pronunciado debido a la eliminación de pequeñas cantidades de acetona.

Por otra parte, un problema de halitosis se puede intensificar con las dentaduras postizas, calzas de amalgama dental, o si se sufren ulceras bucales, caries, sinusitis, infecciones en las encías o sequedad bucal. En algunos casos, la halitosis puede aparecer como consecuencia de alguna enfermedad, como una diabetes mal controlada (aliento con olor dulzón) o una insuficiencia renal crónica (aliento con olor a amoniaco), aunque la existencia de estas enfermedades no implica obligatoriamente la aparición de halitosis.

CÓMO COMBATIRLA
La mayor parte de los casos de halitosis desaparecen al realizar una higiene bucodental adecuada, cepillándose los dientes, encías y lengua después de cada comida y acudiendo al dentista con regularidad. En relación con la alimentación, es importante beber agua en abundancia o masticar chicles (sin azúcar), para conseguir que la boca genere saliva, ya que ésta es la encargada de eliminar las bacterias bucales. Así también se evita que la boca esté seca, otra de las causas de la aparición del mal aliento. También son muy útiles las infusiones de menta piperita, menta poleo o regaliz y masticar hojas de menta o chupar caramelos sin azúcar.

Existen algunos alimentos que favorecen la aparición de halitosis, como el ajo y la cebolla. En algunas personas, el consumo de col, pepinillos y café causan este problema. El alcohol y el tabaco son otros de los causantes del mal aliento.

ALIMENTOS PARA LA SEQUEDAD BUCAL
Cuando existe una disminución progresiva de la producción de saliva acaba por aparecer sensación de sequedad bucal o "xerostomía". Esta situación es relativamente frecuente entre las personas mayores debido, en parte, a las propias modificaciones que sufre el organismo durante el proceso de envejecimiento y a la insuficiente hidratación. El cuidado de la dieta es fundamental para evitar la sequedad bucal y, por ende, el mal aliento.

Por eso conviene:
• Beber agua. Se recomienda que se beba abundante agua y con frecuencia. Puede ser útil deshacer cubitos de hielo en la boca.
• Consumir alimentos que estimulan la producción de saliva. Los chicles, al tener que masticarse, generan saliva. Se deben evitar alimentos secos y fibrosos, que pueden quedar adheridos al paladar, tales como frutos secos, galletas, biscotes o pan tostado. El ácido cítrico (propio de los cítricos como naranja, mandarina, limón, pomelo) es un potente estimulador de la secreción salival. Por ello, tomar bebidas ácidas o agua con zumo de cítricos ayuda a aumentar el flujo de saliva.

Además de la dieta, el control de la toma de medicamentos es esencial. Los fármacos son actualmente uno de los mayores responsables de la disminución de flujo de saliva, por ello se debe consultar con el médico la búsqueda de un fármaco alternativo no xerogénico si fuera posible.

SOBREPESO Y MAL ALIENTO
En octubre de 2007 se publicó en el Journal of Dental Research un estudio de la Universidad de Tel Aviv, en Israel, que informaba sobre el hallazgo de una relación directa entre sobrepeso y mal aliento. El mismo estudio ha mostrado la asociación entre el mal aliento y el consumo de alcohol. En la investigación, liderada por Mel Rosenberg, de la Escuela de Medicina Dental Maurice and Gabriela Goldschleger, se analizó el olor del aliento de 88 adultos de diferentes pesos y alturas, a los cuales se les preguntó sobre hábitos de vida, costumbres alimenticias, salud e higiene bucal así como sobre su propia percepción de sus niveles de mal olor de aliento.

Para evaluar el mal olor de boca se midieron los niveles de saliva y de componentes olorosos, como los sulfuros volátiles y de betagalactosidasa. Rosenberg supone que son varios los factores que pueden explicar la conexión hallada. Probablemente, una situación de obesidad puede relacionarse con una dieta que conlleva sequedad en la boca. También sugiere que la obesidad se relaciona a menudo con el descuido tanto del cuerpo como de la boca.

SALUD BUCAL Y TABACO: ENEMIGOS A MUERTE

"Es una obligación de nosotros los dentistas preocuparnos de este tema si queremos tener una práctica clínica más segura". Así lo señala el odontólogo periodoncista chileno Claudio Melej, quién considera fundamental influir sobre sus pacientes para ayudarlos a dejar el peligroso vicio del cigarro. "La suspensión del hábito tabáquico no sólo mejora la práctica médica odontológica, sino que la hace más rentable y la aprestigia, por que el paciente que logra dejar el cigarrillo yendo al dentista, se convierte en un paciente que recomienda esto a otras personas. Uno se posiciona ante la gente con un enfoque profesional distinto, más integral", recalca.

La mayoría de los dentistas no hablan con sus pacientes sobre su hábito de fumar por temor a importunarlos y a que éstos dejen de visitarlos. Según Melej, lo que ocurriría es todo lo contrario. "Se produce una empatía muy agradable, el paciente se siente más querido, que hay más preocupación por su salud".

Numerosos estudios realizados en todo el mundo han demostrado que el hábito de fumar contribuye directamente en el desarrollo de enfermedades periodontales (de la encía) y que éstas serían de una mayor gravedad comparado con personas no fumadoras. Además se ha determinado que el cigarrillo altera la respuesta inmune contra las infecciones, disminuye la capacidad de reparar los tejidos de la boca y retarda la cicatrización de heridas, por lo que el dentista puede incluso contraindicar un determinado tratamiento, como los implantes de titanio, por ejemplo, donde se ha comprobado, luego de 5 años de observación post operatoria, que los fumadores tienen 2 veces más riesgo de perder sus dientes respecto a pacientes no fumadores.

Según Claudio Melej, el riesgo de un fracaso en la colocación de implantes en pacientes fumadores aumenta en un 35%. "No es que 35 de 100 vayan a fallar, sino que aumenta el riesgo de un mal tratamiento en este tipo de individuos", explica, y además agrega: "Hoy en día puede hasta ser peligroso desde el punto de vista legal si uno no conversa previamente con el paciente sobre sus posibilidades. La gente debe saber de los riesgos y complicaciones que implica la práctica que se le va a realizar; uno le puede decir al paciente: porque estas fumando se te están cayendo los dientes".

Por esto es muy importante concientizar a las personas de esta situación, pero no con campañas del terror, eso no funciona según Melej, "o sino la gente ya habría dejado el hábito con sólo leer la advertencia de los paquetes de cigarrillos por temor a adquirir cáncer". Lo que hay que hacer según el profesional, es mostrarle a la gente todo lo que ganará al dejar el tabaco de lado, "apuntar siempre a factores positivos".

Entonces… ¿Por qué dejar de fumar? Simple. Le ayudará a reducir las posibilidades de producir cáncer de boca y labio, su dentadura volverá a brillar y evitará además la perdida de ésta, reducirá el riesgo de enfermedad periodontal, mejorarán sus sentidos del gusto y olfato, mejorará el resultado de sus tratamientos dentales y dejará de sufrir la desagradable halitosis, por nombrar sólo algunos resultados positivos.

Finalmente, el doctor Melej señala que el rol de los dentistas, apenas llega un paciente a sus consultas, es saber si fuma o no, y más allá de eso, saber cuánto y desde cuando, si ha intentado dejar de hacerlo y por qué ha fallado, si ha usado terapias sustitutivas y si no, si estaría dispuesto a hacerlo de forma responsable y supervisada. "Es vital informar y cuestionar objetivamente el inicio de cualquier tratamiento en pacientes fumadores, sobretodo en el caso de los implantes. Tener un fracaso en esto es muy complejo, ya sea por los tiempos, expectativas y los costos involucrados", concluye el facultativo.

CONCEPTO

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