miércoles, 23 de junio de 2010

MIEDO AL DENTISTA?

ALGUNAS RECOMENDACIONES PREVIAS A LA CONSULTA DENTAL

Si eres una persona normal, seguramente te habrás sentido agobiado en el sillón del odontólogo; tal vez recuerdes algún incidente de tu infancia en particular que te trae terribles recuerdos o tal vez detestes con todas tus fuerzas los sonidos, olores y sabores que allí encuentras. Tener pánico al odontólogo no es nada extraordinario, y es algo que la mayoría de nosotros experimentamos en mayor o menor medida a lo largo de nuestras vidas.

Sin embargo, la buena noticia es que la moderna odontología hoy por hoy es una experiencia distinta: los odontólogos actuales tenemos una notable percepción de los sentimientos de nuestros pacientes y nos apoyamos en una sólida formación y actualización permanente que nos permite ayudar a vencer los miedos y resistencias de las personas que se ponen en nuestras manos. Eso sin tener en cuenta que las técnicas odontológicas han evolucionado mucho en los últimos años hacia métodos y tratamientos menos radicales y dolorosos y más eficientes, lo que, en principio, debería servir a cualquiera para acudir más tranquilo a la consulta del odontólogo.

Por si acaso, por si ese miedo te parece una cosa invencible y el ruido de la fresa te parece salido del mismísimo infierno, aquí tienes cinco ideas que pueden hacer más llevadera la experiencia:
  • Intenta llegar relajado, físicamente descansado y con unos minutos de antelación. Planifica tu vista con tiempo y cuenta tiempos de espera del autobús o el necesario para aparcar. Si vienes justo de tiempo, te encuentras un trancón o tienes que caminar demasiado deprisa, estarás lógicamente más estresado y un nivel alto de estrés puede hacerte más irritable y sensible y eso te perjudicará si lo que quieres es controlar tu nivel de ansiedad.
  • Ocupa tu mente; no llegues a la sala de espera con el sólo pensamiento de lo mal que lo vas a pasar. Si tienes tareas pendientes, tráete algo de trabajo o papel y bolígrafo para hacer el diseño de ese armario que tienes pendiente de hacer para el lavadero, o de las plantas que tienes pendientes de colocar en el jardín. O mejor, tráete folletos de una agencia de viajes e intenta planear tus próximas vacaciones comprobando precios, rutas, etc. Cualquier cosa que te sirva para mantenerte ocupado sin necesidad de mirar las caras de los otros pacientes e imaginar terribles escenas de sufrimiento o de leer revistas del corazón atrasadas que no interesan a nadie.
  • Cuando entres a la consulta, controla la situación. De antemano haznos saber tus temores y preocupaciones, y propón la necesidad de establecer un plan de atención para ti. Por ejemplo, mediante un gesto o una señal que harás, adviértenos que necesitas una pausa o indicarnos que algo te molesta, duele o hace daño. El mero hecho de saber que tú controlas la situación reduce tu ansiedad y hace que el tratamiento sea más llevadero.
  • La música te puede ayudar. Disponemos de un amplio menú y una muy variada colección de música que puede ayudarte, bien si lo que quieres es distraerte o relajarte. Eso, además, disipará el sonido de los instrumentos, aún si tu consulta es por una restauración o una limpieza.
  • Si lo tuyo más que ansiedad es pánico, entonces, deberíamos recomendarte un servicio de relajación o incluso de hipnosis con todas las garantías para ayudarte a superar el miedo y superar la barrera que te impide cualquier tratamiento
En cualquier caso, lo que nunca debes dejar de hacer es hablar con nosotros y contarnos tus miedos y preocupaciones y las dudas que puedas tener sobre el tratamiento en concreto. Un buen odontólogo siempre deberá ser capaz de captar tus emociones y, explicarte qué va a hacer y cómo, ayudarte a vencer el miedo sin necesidad de más técnicas ni trucos.

Es posible que incluso acabes pensando que no es tan malo y que sintiendo que lo necesitas y que las consecuencias son mejores que el mal rato, acabes volviendo nuevas veces sin temor.

SALUD BUCAL Y TABACO: ENEMIGOS A MUERTE

"Es una obligación de nosotros los dentistas preocuparnos de este tema si queremos tener una práctica clínica más segura". Así lo señala el odontólogo periodoncista chileno Claudio Melej, quién considera fundamental influir sobre sus pacientes para ayudarlos a dejar el peligroso vicio del cigarro. "La suspensión del hábito tabáquico no sólo mejora la práctica médica odontológica, sino que la hace más rentable y la aprestigia, por que el paciente que logra dejar el cigarrillo yendo al dentista, se convierte en un paciente que recomienda esto a otras personas. Uno se posiciona ante la gente con un enfoque profesional distinto, más integral", recalca.

La mayoría de los dentistas no hablan con sus pacientes sobre su hábito de fumar por temor a importunarlos y a que éstos dejen de visitarlos. Según Melej, lo que ocurriría es todo lo contrario. "Se produce una empatía muy agradable, el paciente se siente más querido, que hay más preocupación por su salud".

Numerosos estudios realizados en todo el mundo han demostrado que el hábito de fumar contribuye directamente en el desarrollo de enfermedades periodontales (de la encía) y que éstas serían de una mayor gravedad comparado con personas no fumadoras. Además se ha determinado que el cigarrillo altera la respuesta inmune contra las infecciones, disminuye la capacidad de reparar los tejidos de la boca y retarda la cicatrización de heridas, por lo que el dentista puede incluso contraindicar un determinado tratamiento, como los implantes de titanio, por ejemplo, donde se ha comprobado, luego de 5 años de observación post operatoria, que los fumadores tienen 2 veces más riesgo de perder sus dientes respecto a pacientes no fumadores.

Según Claudio Melej, el riesgo de un fracaso en la colocación de implantes en pacientes fumadores aumenta en un 35%. "No es que 35 de 100 vayan a fallar, sino que aumenta el riesgo de un mal tratamiento en este tipo de individuos", explica, y además agrega: "Hoy en día puede hasta ser peligroso desde el punto de vista legal si uno no conversa previamente con el paciente sobre sus posibilidades. La gente debe saber de los riesgos y complicaciones que implica la práctica que se le va a realizar; uno le puede decir al paciente: porque estas fumando se te están cayendo los dientes".

Por esto es muy importante concientizar a las personas de esta situación, pero no con campañas del terror, eso no funciona según Melej, "o sino la gente ya habría dejado el hábito con sólo leer la advertencia de los paquetes de cigarrillos por temor a adquirir cáncer". Lo que hay que hacer según el profesional, es mostrarle a la gente todo lo que ganará al dejar el tabaco de lado, "apuntar siempre a factores positivos".

Entonces… ¿Por qué dejar de fumar? Simple. Le ayudará a reducir las posibilidades de producir cáncer de boca y labio, su dentadura volverá a brillar y evitará además la perdida de ésta, reducirá el riesgo de enfermedad periodontal, mejorarán sus sentidos del gusto y olfato, mejorará el resultado de sus tratamientos dentales y dejará de sufrir la desagradable halitosis, por nombrar sólo algunos resultados positivos.

Finalmente, el doctor Melej señala que el rol de los dentistas, apenas llega un paciente a sus consultas, es saber si fuma o no, y más allá de eso, saber cuánto y desde cuando, si ha intentado dejar de hacerlo y por qué ha fallado, si ha usado terapias sustitutivas y si no, si estaría dispuesto a hacerlo de forma responsable y supervisada. "Es vital informar y cuestionar objetivamente el inicio de cualquier tratamiento en pacientes fumadores, sobretodo en el caso de los implantes. Tener un fracaso en esto es muy complejo, ya sea por los tiempos, expectativas y los costos involucrados", concluye el facultativo.

CONCEPTO

Una combinación de conocimientos, arte, experiencia, imaginación e ilusión profesionales producen resultados visibles de armonía, equilibrio y funcionalidad que se reflejan en bienestar y confianza de nuestros clientes.

VALE LA PENA SONREIR

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